sábado, 28 de julio de 2007

La ropa

Esta semana no pude ir al lavadero y llego el sábado y de pronto me doy cuenta que no tengo NI UNO de mis seis sueters negros limpio.

Ana (mi mejor amiga) tiene razón: me visto demasiado de negro.

jueves, 26 de julio de 2007

trabajo

En el laburo, me gané en un sorteo por el día del amigo una sesión de Spa con un compañero a elección. Obviamente, elegí a mi colega, que es la única que tiene un coeficiente intelectual lo suficientemente alto como para no prenderse ni dos segundo con Tinelli. Esto parece una sonsera, pero todos los almuerzos la gente se sienta en la sala de rueniones a comentar el programa de la noche anterior.





Por eso mi colega y yo almorzamos en su box (o el mío), y discutimos literatura clásica.





Sí, claro que es un chiste... ¡si hablamos de música barroca!





:P

martes, 24 de julio de 2007

El hermano de mi novio

Perdón por el bache de casi dos semanas (la idea es actualizar al menos una vez por semana), pero tuve unos de esos momentos caóticos, con el jefe de viaje, mucho laburo, algunos inconvenientes familiares y, por sobre todo, lo de la compu. La compu se me prendió fuego, casi literalmente. Casi porque no "se" prendió, sino que "la" prendió el demonio de tasmania que tiene mi chico como hermano. No me pregunten cómo hizo, yo sólo sé que estaba jugando a los jueguitos, mi chico y yo nos fuimos a la cocina a preparar algo para picar, y volvimos y la compu echaba humo. Y él con cara de yo no fui. Y el técnico encontrando fósforos adentro. Todavía no sé (nadie pudo dilucidarlo) cómo hizo para meterlos.

Pero que estaban, estaban.

Así que tal vez aparezcan algunas historias atrasadas en estos días...

jueves, 12 de julio de 2007

Satanás

¿Saben que después de todo el tema con mi portera, no me llegan las cuentas y recibo misteriosos llamados a las 3 am?


Mmmmm---

Madre

9 de julio, feriado, nieve.

Me quedé en lo de padres la noche anterior por motivos de celebración de cumpleaños de uno de ellos. Fiesta larga, terminó tarde, hacía frío, mejor quedarme. Cuando me levanté y miré por la venta, tuve esa sensación de mezcla de estar en un libro de cuentos clàsicos con la sensaciòn eternàutica de fin del mundo como lo conocemos. Llamè a mi novio y le dije "me voy YA para allà". Y es que sì, habìa que disfrutar este acontecimiento de alguna manera, no importa cual (salir a caminar en la nieve, quedarse tomando un cafecito, meterse en la cama...).

Cuando estaba por salir, mi vieja me dice que espere a que pare. Yo me la quedo mirando con un cara donde se mezclaban el "no va parar", el "ojalà que no pare" y el "no pienso esperar un corno, me quiero ir ya a caminar en la nieve!!". Le digo que no, que me tengo que ir ya, que tengo mucho que estudiar (mentira 1).

"Pero tomate un taxi, entonces", me responde. Le digo que sí, que en cuanto salga a la calle (mentira 2).

"Pero no vas a conseguir, mejor llamà uno". Fuck!

Agarro el celular, llamo:

"Hola, amor", me dice mi chico.

"Hola, era para pedirte un taxi."

"Jajaja, ¿tu vieja?"

"Sì... Chica Normal... sì... 151 515 1515"

"Jajajajajajaja, còmo no, estarà llegando en 10 min."

"Gracias."


Chau mà. Lo espero abajo que me dijeron que ya llegaba.

Uno de los motivos menores por los que me fui de casa es que no me controlen màs. Otro es dejar de mentirle a mis viejos.

(Pero mirà si me iba a perder caminar en la nieve!!!)

viernes, 6 de julio de 2007

8 cosas normales

Melquiades tuvo el bello detalle de invitarme a este jueguito de las ocho cosas, que seguro todos conocen ya, porque lo vi por todos lados.

No voy a invitar a nadie, porque por ahora pocos son los que pasan por aquí, y de seguro todos lo hicieron ya, pero si alguno no lo hizo y tiene ganas, considérese invitado.

1) A veces, por diversos motivos, tengo ganas de matarlos a todos. Cuando me agarran esas cosas, me encierro, pongo música a todo volumen y bailo hasta agotarme. O hasta que se agote mi odio.

2) Escribo muchísimo, pero mi autocrítica no me permitiría jamás publicar esos horrores dignos de diario íntimo de adolescente de 14. Gracias que tengo este blog, en el que bastantes licencias me permito (en cualquier momento lo borro a la mierda).

3) Toda mi infancia quise ser psicóloga, toda mi adolescencia fui a una.

4) Tengo una adicción al chocolate comparable con la de un fumador al cigarrillo. Lo cual me lleva a gastar grandes cantidades de dinero, tanto en chocolates como en cremas de limpieza para cuidarme el cutis. Gracias a la mudanza, que me volvió una persona más pobre, pude liberarme de mi adicción. O controlarla.

5) Los aparatos eléctricos me odian o algo así. El tema es que, sin que haga nada en especial, basta con que los toque para que empiecen a andar mal o se rompan completamente.

6) Encima de eso, soy muy torpe. Las cosas se me caen todo el tiempo, me llevo las paredes por delante, y ni se te ocurra tirarme algo porque no lo voy a atajar.

7) En relación con esa última, tengo una cierta negación con el celular: me olvido de cargarlo, se me cae, se me pierde, se me rompe, me lo olvido, se me quema con la estufa, sale volando por la ventana. Ya perdí la cuenta de cuántos celulares me tuve que comprar.

8) Soy una chica muy normal, no cabe ninguna duda.

jueves, 5 de julio de 2007

Satanás, mi portera

Mi portera me odia. Creo que porque soy la única joven que vive sola en un edificio que es más bien familiar. Y porque soy nueva, claro.

La primera vez que la vi, me trató bien, pero se atajó de antemano marcando su territorio: me dijo los horarios de protección al menor (aquellos en los que no se pueden hacer ruidos), los de paga de expensas, los de la basura... Siempre poniéndo énfasis en que los jovenes somos locos y descocados, y que ya tuvieron una vez un muchacho como de mi edad que traía gente y hacía fiestas y que el edificio era un desorden y que era un peligro tanta gente en el pasillo. Le dije que no se preocupara, que no iba haber problema. Al fin y al cabo, soy una chica normal, una chica tranquila.

Y me porté bien, che. Al fin y al cabo, soy una persona que trabaja, no salgo de joda los días de semana y, salvo por una modesta cena, no hice un festejo después de haberme mudado. Pero igual la mina me empezó a cortar el rostro, no devolviéndome el saludo cuando la veía, no ayudándome cuando me veía venir cargada con cosas del super (no pretendo mucho más que si ella está del otro lado de la puerta, tenga el buen gesto de abrirla).

Un día que trajimos un armarito chico con una amiga, me empezó a apurar con que era muy pesado para el ascensor, y que lo llevaramos por la escalera. ¡6 pisos! Como ya saben, yo soy menudita, y mi amiga es un poco más alta pero también falquita... en fin, igual lo metimos en el ascensor, con la muy yegua puteando a regañadientes... ¿pueden creer que se subiò los seis pisos corriendo por la escalera para ver que no rayaramos el piso???

Ese fue el gran quiebre. Desde ahí no sólo no me saluda o no me tiene la puerta, sino que si puede se hace la que no me ve y me la cierra en la cara. A mí mucho no me importaba, qué sé yo. Ahora me doy cuenta de que le tendría que haber puesto los puntos... porque ¿sabén que me hizo la muy hija de remil putas? ¡¡¡¡Me despertó el sábado a las 8 de la mañana con la excusa de que la de abajo tenía goteras!!!!!!


Igual, no sabe con quién se metió. Desde ahora, se me van a empezar a caer algún que otro huevo recién comprado, cuando no se me rompa algún vino muy barato. Desde ahora mis bolsas de basura van a tener agujeritos. Las mías y las de algún que otro vecino, claro.