Introducción

Soy, básicamente, una chica normal. Me recibí de una de esas carreras generales que están de moda (aunque todavía tengo algún final pendiente); trabajo en una oficina bastante aburrida, donde subir significaría llegar a puestos aún menos interesantes que en el que estoy (pero mejor pagos, eso seguro). Vivo sola hace no tanto, y mis padres todavía no se hacen cargo de esto (madre me llama los días de lluvia para asegurarse de que me tome un taxi -¡cómo si me sobrara la plata!-; padre me hace regalos inútiles, como cafés horribles y otros comestibles innecesarios, pero que el cree que son un must en cualquier hogar). Tengo un novio normal que, por supuesto, me parece genial aunque varias veces tanga ganas de cortarlo en pedacitos y meterlo en la licuadora.

Soy más bien pequeñita, de pelo castaño y ojos marrones. Tengo intereses, pero nada extraordinario. No, no me gusta Tinelli, pero tampoco podría disertar sobre mitología griega, qué sé yo.

Lo único que me da un toque especial es que la gente suele sentirse atraída hacia mí: las chicas quieren que sea su consejera, que las escuche, que las banque. Los chicos quieren que sea su compinche, que les haga sugerencias cuando se quieren levantar a una chica... incluso si esa chica soy yo.

Y creo que no hay mucho más que pueda decir de mí en este momento...